jueves, 11 de septiembre de 2008

Vivienda Unifamiliar I - A Coruña, Spain



La vivienda de forma rectangular, se emplaza sobre un terreno situado en una pronunciada pendiente, con una fantástica vista hacia la ría de A Coruña. De esta manera, la residencia unifamiliar, obra del estudio A-cero, dirigido por Joaquín Torres, se convierte en un mirador privilegiado del hermoso valle costero de Galicia.

La casa esta concebida en dos volúmenes específicos, que configuran sus diferentes espacios interiores y exteriores, la fachada tiene un aspecto escultórico, aprovechando la piedra, influencia clara del famoso escultor español Eduardo Chillida. De manera que la parte externa, en gran medida esta por una piel azulada de piedra.
Al interior, las plantas están divididas de manera funcional, a partir de la unión de los ejes de los cuerpos principales, ahí a su vez, se ubica la escalera principal, caracterizada por un plano rojo en la pared que recorre también los tres niveles de la casa. Destacándose aquí claramente el carácter nuclear de esta zona de la vivienda.

En la plata principal, el punto de unión de los ejes separa el salón del garaje y la cocina; a su vez en la planta superior con una doble elevación sobre el salón, se encuentra la habitación principal, independizada del eje, y del volumen donde se ubica y se convierte en una tercera pieza independiente.

Por otro lado, en la entreplanta, es decir la zona ubicada entre el sótano y el primer piso, están distribuidos por un lado, el despacho y la sala de proyecciones y por el otro las habitaciones de huéspedes; quedando estas al lado de la gran terraza y la piscina.

La pendiente del terreno, hace posible que, desde las habitaciones de huéspedes así como desde el salón y la habitación principal ubicada sobre este se tenga una buena vista al exterior.

En una búsqueda de dinamismo, riqueza espacial y pureza volumétrica de la casa, las soluciones constructivas adoptadas, son consecuentes con lo que se persigue, eliminando todo elemento que pueda distraer la percepción directa del espacio (zócalos, tapajuntas, tiradores..), reforzada por la continuidad de paredes, suelos y techos, todos en blanco.

También las fachadas de los volúmenes principales, revestidas enteramente por una piel de rocha, que a su vez hacen invisibles la puerta principal y del garaje, persiguen este fin.

La pureza de las formas, se introduce también en el esquema estructural. Este se compone de muros de hormigón armado y losas que delimitan el contorno de los volúmenes, eliminando pilares intermedios que alterarían la escala del espacio interior.

Solo en uno de los muros que flota por su parte inferior respecto al suelo, se permite un apoyo en pilares sin romper la línea del volumen que configura, creándose un encuentro apropiado de esta pieza con la adyacente.

El mobiliario se ha dispuesto con el objeto de acentuar las especiales características del espacio en el que se inserta. Optimizando los espacios libres para las actividades de ocio.

La realización de esta residencia, procura revelar nuevas visiones en construcción de casas de este tipo, relacionadas directamente con la cultura gallega, aspectos como darle vida y notoriedad a la cocina, otorgándole mayor entidad, profundidad y calidad.

Así como el empleo de materias naturales como la piedra, moduladas y labradas para la fachada. Este proceso de creación sigue explorando el concepto de vivienda unifamiliar y le da un valor equivalente a la escala urbanística, arquitectónica y decorativa.

Otros aspectos resaltantes de esta residencia son, la variación de la fachada y su textura, el tratamiento limpio de los vacíos y la contundencia volumétrica en una adecuada escala, en relación directa con su entorno; es decir el bello paisaje de las rías gallegas.

Los colores blanco, negro y azul en sus distintas tonalidades son una muestra clara de la búsqueda de una identidad propia, con carácter puro y esencial en relación a las formas y espacios.

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